Hace 2000 años la
palabra se transmitía en forma de parábola, porque no todos estaban
preparados para escuchar el mensaje. 2000 años después la humanidad
ha aumentado su comprensión espiritual, por eso la nueva palabra se
transmite en forma de aforismos.
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Todo tiene que evolucionar por
el camino del amor, hasta la
propia esencia del odio. Y va a
llegar un momento en que la
dualidad va a tener que dejar de
ser, pues ya no va a tener
ningún sentido.
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La meta es la búsqueda.
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La felicidad consiste en seguir
elevándonos permanentemente, mas que en
entrar en estado de gracia.
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La perfección no es estática,
es evolución permanente.
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La creación es continua.
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El amor se complementa con la
justicia, pero se sostiene con el
servicio.
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Indecisión no es equilibrio.
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Amar es entregarse, pero sin
una venda sobre los ojos
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El amor es entrega, pero a
veces, la entrega puede ser cálculo.
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No es mirando hacia otro lado
la manera de no ver la paja
en el ojo ajeno.
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A ver si esta vez lo
entiendes: “Tu prójimo no es todo
el mundo, sino aquel que socorre
al caído”.
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El destino no es azar, es
opción.
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Alcanzar el infinito, es volver a
cero.
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Aquel que arriesga puede romper el
equilibrio, pero quizás sea el más
equilibrado.
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Solo se puede ser protagonista
dándole el rol principal al otro.
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El ego es un lastre pesadísimo.
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Si quieres que nadie te preste
atención, empieza a hablar de ti
mismo.
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Para alejarte de ti mismo, no
es necesario morirte.
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Si quieres vencer tu Yo,
empieza por doblegar tus impulsos.
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Renunciar a vivir es asomarse a la
vida plena.
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La verdadera felicidad no es tenerlo
todo, sino simplemente tener metas.
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Si piensas que eres castigado
por pecados cometidos y que quien
te agrede es solo la herramienta
que utiliza la voluntad de una
supuesta divinidad, corres el riesgo de
justificar plenamente a tu agresor.
Con ese criterio, a nivel
colectivo, también justificarías un
holocausto.
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Gozar con las cosas cotidianas, es
saber vivir en armonía.
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Ser protagonistas es vencer nuestra
personalidad.
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Quieres ascender al infinito para
encontrar una divinidad, pero te
olvidas de buscar dentro de ti
mismo.
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Pregonar nuestra misericordia es otra
manera de rasgarnos las vestiduras.
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Si logras que tu alma pueda ser
tierra fértil para sembrar semillas de
piedad, crecerán en ti frutos de
misericordia.
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No busques solo tu provecho, pues
recibirás un cúmulo de soledades.
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Compartir hasta las cosas más simples
también es brindarte.
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Cuanto menos pidas para ti, más te acercarás al Padre.
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Esta morada es pasajera. Mientras habites en ella, vive para
los demás.
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La vanidad te empuja a sobresalir en esta vida, pero no te
acerca a la morada del Padre.
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La victoria más valiosa es la de aquel que se vence a sí
mismo.
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Si fortificas tu espíritu, nada exterior podrá alterar tu paz
interior.
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Si te jactas de tus buenas obras, solo lograrás la
complacencia de tu ego.
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Cada tentación que superas, es un grado más que asciendes en
el plano espiritual.
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¿Por qué pierdes tu tiempo en los detalles materiales, cuando
hay tanto por conocer en el interior de cada hombre?
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Si juzgas según tu agrado, nunca podrás actuar con
imparcialidad.
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Si crees que hay algo en tu interior que te lastima, lo
ratificarás al ver la herida que tiene tu ego.
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Es cierto que cuando más asciendes en la parte espiritual,
más solo te encuentras. Pero si ayudas a subir a otros, no solo
harás una buena obra, sino que además tendrás una nueva compañía
en ese camino tan espinoso y difícil.
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Las tentaciones no te debilitan, pero pueden mostrar tus
flaquezas espirituales.
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Cuando tus necesidades sean las de tu prójimo estarás
preparado para vencer tu apego.
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Es mi Palabra explicar que no hay una sola Verdad. Toda
ciencia, técnica o terapia que ayude a nuestro prójimo, será
válida a los ojos de tu conciencia.
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Si todos los actos que realizas, tanto en tu vida cotidiana,
laboral o afectiva, los haces con verdadero amor, pasarás a ser
un fiel servidor de tu prójimo.
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La verdadera Palabra es aquella que le transmite amor a tu
espíritu. Si no son sólo letras estériles.
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Tú puedes ser un nuevo Maestro. Quizás la misión en esta
nueva vida tuya sea evitar que vuelvan a modificar parte del
Mensaje Divino.
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Recuerda que tu fe es la que te salva. No ignores que tu ego
conspira contra ello.
Intención es efecto.
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Cuando llegue el final, tienes que estar preparado para el
comienzo.
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Si quieres dejar de sufrir, libérate de tu prisión externa.
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Sufres porque te crees esclavo de las circunstancias, cuando
en realidad sólo eres esclavo de ti mismo.
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La salvación no está en salir airoso, sino en vencer tu
propio espíritu.
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El único protagonismo es el servicio.
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No te lamentes de las cosas que no has logrado, sino del
tiempo que has perdido buscándolas.
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Las necesidades pueden ser pruebas, pero no todas las pruebas
pueden ser necesarias.
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Si en tu interior has logrado la Iluminación, dentro tuyo
puede caber el Universo entero.
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Tú puedes ser eterno, solo fúndete con lo Absoluto.
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Ese sigue buscando la Luz en la cima del monte, aquel la
busca en el templo. ¿Alguno ha buscado la Luz en su interior?
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Mientras sigas pendiente de Ti, seguirás esclavo de tus
necesidades.
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¿Por qué te preocupas de las cosas vanas e ignoras las más
importantes?
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Quizás porque a estas últimas no las veas.
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Si todavía logran ofenderte, es que aún no pudiste vencer tu
ego.
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Cuando evites figurar, serás el primero de la fila.
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La sencillez de tus actos y la pureza de tu corazón, serán la
fuerza que eleven tu espíritu.
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La bondad siempre es una asignatura pendiente.
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El amor impersonal no necesita.
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Si vives para dar, no te alcanzará el tiempo para vivir...
pero tu vida será más plena que nunca.